Tumbada en la arena, mientras el sol ilumina mi cara, oigo el vaiven de las olas. No se por qué me acuerdo de ti. Vienes a mi cabeza como una brisa que azota mi cuerpo, como un susurro en el viento. La tristeza invade mi cuerpo. Me tapo los oidos y me concentro en que el calor invada mi cuerpo pero es tarde: otra vez tú. Tú...
Continuará...