jueves, 4 de noviembre de 2010

Autocompasión 0

Las personas normales tenemos el poder de autocompadecernos; tenemos la increíble capacidad de convertir un grano de arena en una montaña, de exagerarlo todo hasta el punto de que de que las personas no tengan problemas si no que los problemas sean personas. Empezamos a preocuparnos en exceso, nos ponemos nerviosos por nada. Luego, llega la fase (que a mi encanta) de la irascibilidad. Eso de gritarle a todo el mundo mola y desahoga muchísimo. Después de esta fase de euforia pasamos a la fase de decadencia, lloramos y esas cosa. Por último, nos invade una felicidad asquerosamente optimista que va a dar paso de nuevo a la preocupación, para convertirse en un ciclo: problema, preocupación, nervios, histerismo, depresión, felicidad y otra vez vuelta a empezar.
En momentos así, es cuando la autocompasión aparece. Pensamos que nos ha tocado la peor vida de todas y que la vida es un valle de sufrimiento y lágrimas que nosotros no merecemos; lo nuestro es peor que los demás y que nadie intente comparar su situación con el marrón que nosotros tenemos. Y nos quejamos mucho por todo y no levantamos la vista para mirar a nuestro alrededor y ver que hay gente que esta mucho peor que nosotros . Héroes anónimos que quedan en el olvido por creernos el ombligo del mundo. Historias de verdadera superación que dejas a nuestros problemas como alegrías.
Sus problemas son mucho mayores que los nuestros, ¿cómo pueden seguir adelante con fuerza y ganas? Pasando de la autocompasión. Porque puede más querer y no poder y quedarse sentado mirando los problemas no soluciona nada, hay que levantarse y plantarle cara al mundo; decir ¡AQUÍ ESTOY YO!

Una vez escuche que los humanos eran los únicos animales capaces de autocompadecerse.
En su día no lo entendí; ahora lo entiendo y le doy la razón. Por eso escribiendo esto me proclamó como antiautocompasionaria. ¿Alguien más me sigue?


Lady Necros Vivaeloptimismo ;)

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